
El deseo propio o ajeno nos obliga a tomar decisiones, a verlo o a ponerle un velo. El deseo es un imán, atraemos lo que visualizamos, lo bueno y lo malo. Porque nadie llega a un lugar si antes no lo deseó.
Saca mi foto de la pared;Si no va a cantar para ti
Porque todo lo que dejaste ya se fue. Y aquí no hay nada para ti que probar.
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